Sistema esqueletico: La arquitectura de la cadera 1
La arquitectura de la cadera.
El contenido que se expondrá ahora estará relacionado al sistema esquelético, con esto quiero decir que se hablara sobre la cadera y al hablar de la cadera también evocamos a la pelvis. Cabe mencionar que si se nombran otros aspectos que involucren otros sistemas del organismo estos últimos no serán del interés de la publicación.
La cadera se asemeja a una copa que contiene un contenido en su interior, en este caso son las vísceras y a la vez se sostiene o entra en contacto con la tierra a través del tallo o “pierna”, ahora bien esta analogía de la copa y la cadera nos servirá para poder entender mejor la importancia de esta estructura.
Esta articulación es igualmente una encrucijada entre las estructuras inferiores y el tronco. Su movilidad es de suma importancia para aquellos, y la inestabilidad y rigidez tendrá consecuencias para la columna, rodilla y el pie.
La cadera estabiliza a la raquis o columna y las piernas son el instrumento para agilizar, movilizar y fortalecer esta estructura. Por eso en el yoga solemos observar y a sentir con mayor profundidad a las piernas, ahora bien el abdomen (tronco) y músculos profundos de la pelvis y cuádriceps serán de suma importancia para entender la mecánica de esta zona del cuerpo.
“Examinaremos la cavidad pélvica, que está formada por dos huesos pélvicos (los huesos de la cadera) y el sacro, el más bajo de los cuatro segmentos principales de la columna, así pues los huesos pélvicos desempeñan dos funciones: Una consiste en unir la columna vertebral con los muslos, las piernas y los pies; la otra función es definir junto al sacro la base del tronco y entregar un soporte esquelético que sostenga o aloje la cavidad pélvica, órganos de eliminación y reproducción”
Coulter.D, Anatomia del Hatha yoga, 2001 , pag 167.
Es conveniente reconocer la anatomía de la cadera primero para que el lector pueda familiarizarse con esta pieza del cuerpo.
La articulación de la cadera aparece en el segundo mes de la vida intrauterina. Pero al principio, ésta no es más que un modelo cartilaginoso, que se osificará después del nacimiento”, la osificación de la cabeza del fémur se produce desde el centro hacia la periferia a partir de un núcleo óseo que aparece hacia la edad de los 5 meses.
El hueso iliaco es, al principio, cartilaginoso y entre el tercero y sexto mes de la vida intrauterina, aparecen tres núcleos óseos que corresponden a las tres zonas del hueso: ilión, isquion y pubis.
Estos tres núcleos se extienden progresivamente hasta agruparse para formar el cartílago en forma de “Y” del cotilo. Durante los primeros 6 meses de vida, el cotilo o cavidad cotiloidea es tan sólo cartilaginoso.
Ya en los adultos los Huesos de la cintura pélvica son grandes y pesados, y están firmemente unidos al esqueleto axial (sacro, columna, torax y cráneo) las cuencas donde van unidos los huesos de las piernas, son profundos y están fuertemente reforzados por ligamentos, tendones y músculos. Soportar el peso y las presiones son algunas de las funciones de esta estructura ósea.
Como se había comentado anteriormente otra función importante que entrega esta estructura sobre el organismo es de proteger los órganos reproductores, la vejiga de la orina y parte del intestino grueso que se alojan en la pelvis ósea.
Analicemos mejor la estructura de la cadera, los dos huesos pélvicos se articulan con el resto del tronco por medio del sacro y las dos articulaciones sacro-ilíacas, que se forman a cada lado del sacro, en el punto de unión de dos superficies rugosas perfectamente encajadas, la superficie lateral del sacro y la superficie medial del hueso pélvico.
La pelvis contiene duras capas de fascia profunda y unos ligamentos sacroiliacos e iliolumbares bien definidos envuelven las articulaciones y restringen los movimientos en la mayoría de las personas mayores de veinticinco años.
A veces, las articulaciones sacro ilíacas llegan a anquilosarse, lo que significa que acaban en una fusión ósea o parcial o total, cuando esto sucede, los componentes sacro ilíacos tienen grandes dificultades para desplazarse entre sí y lo hacen ocasionando considerables molestias.
En relación a lo hablado al inicio de la publicación sobre la pelvis, las articulaciones sacroiliacas en los adultos unen firmemente los huesos pélvicos al sacro, cada flexión, rotación, y desplazamiento de la pelvis como un todo afectara a la columna vertebral, y con ella a todo el cuerpo.
A continuación veremos ejemplos de la movilidad SacroIliaca y como estas influyen en la posición de la columna.
Si uno rota hacia atrás (inclinación posterior) el borde superior de la pelvis, eso da lugar a que la curvatura lumbar se aplane y pierda su lordosis.
Y a la inversa, cuando uno empuja la parte superior de la pelvis hacia adelante, la llamada inclinación anterior de la pelvis, aumenta la profundidad de la lordosis lumbar.
Es conveniente mencionar que la posición neutra de la pelvis es aquella en la que las espinas iliacas anterosuperiores están en el mismo plano transversal (línea que divide el cuerpo en superior e inferior) y las espinas ilíacas y la sínfisis pubica están en el mismo plano vertical (línea que divide el cuerpo en dos, dividiéndolo en izquierda y derecha).
Observar siguientes imágenes y relacionarlo al texto anterior.
La inclinación pélvica lateral, la pelvis no está al mismo nivel en ambos lados, sino que una espina iliaca anterosuperior está más elevada que la otra.
Personalmente en las sesiones de yoga que imparto trato siempre de recalcar la estabilidad de la pelvis en una posición que se llama TADASANA, esta postura le enseña al alumno sentir en primera instancia al cuerpo, desde los dedos de los pies hasta la cabeza. La postura en sí mismo es el punto de partida para explorar otras ASANAS O POSTURAS en el yoga.
Al realizar esta postura de Tadasana o bipedestacion y al haber entendido el movimiento de las caderas previamente podríamos volver a referirnos a esta analogía de la copa y de la cadera. Entonces cuando la pelvis tiende a inclinarse excesivamente hacia adelante, atrás o hacia los costados laterales el contenido que habita en el interior de las caderas caería, entregándole inestabilidad o malestares a las piernas o a la columna vertebral.
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